El Ford T es omnipresente en las locas persecuciones de autos en las películas mudas de Harold Lloyd y Buster Keaton. Su aspecto simpático sin duda divirtió a Hergé, que la descubrió en el cine de su barrio. Era lógico que lo eligiera en 1930 para acompañar a los misioneros en África y desarrollar las aventuras ferroviarias de Tintín en el Congo .

Este vehículo todo terreno robusto, sólido y económico, era fácil de conducir y reparar, y casi no tenía edad.
Cada coche ha sido reproducido fielmente con un acabado de alta calidad.

Se presenta en un estuche de metacrilato transparente.

Un folleto, en francés e inglés, acompaña al automóvil que brinda información detallada sobre el vehículo que inspiró a Hergé

En una nueva aventura del reportero belga, ahora en el país africano, esta maqueta es la del Ford T, versión del coche en color negro como en la cubierta del álbum, porque en el desarrollo de la historia el coche es amarillo. En el interior del Ford T también están Milú y Coco.